En 1970 la puesta en marcha del Plan
Nacional de Electrificación Rural, posibilitó la introducción
en el mercado de los materiales para la construcción de líneas
aéreas de media tensión a diversos productos, entre los cuales
figuraron los elementos preformados que abarcaron, inicialmente, los Juegos
de Varillas de Protección (armor-rods), las Ataduras en sus diversos
tipos y los Empalmes.
Todos estos materiales se confeccionaron para las líneas de cables de aleación de aluminio, que para ese entonces representaban prácticamente el 100% de los tendidos. En ese año se iniciaron las tramitaciones para dar personería jurídica al naciente emprendimiento y se lo bautizó alambres torcidos. En 1971, y con acuerdo entre esta flamante empresa, la Dirección de Energía de Buenos Aires y la Cooperativa Eléctrica de Balcarce; se realizaron un conjunto de tendidos experimentales que resultaron ampliamente satisfactorios. De ahí surgió la aprobación de los dispositivos preformados en los restantes entes oficiales del país. A partir de este momento se comenzó a utilizar la técnica del preformado en la protección de conductores y amarres, en todo el país. En 1972 se presentan mejoras en la reivindicaciones de las patentes existentes y posiciona a la naciente empresa al nivel de las líderes del mundo en el rubro. En 1973 ya se habían colocado más de 350.000 dispositivos en todo el país. A partir de este año un cambio en la orientación económica redujo el nivel de actividad, pero no el ímpetu innovador, ya que en 1975 dos nuevas patentes permitían introducir en el mercado las Retenciones Preformadas, y las Derivaciones en líneas coplanares. En 1977 se reinician las obras de electrificación y ya los elementos preformados figuran en las normas, en los proyectos y los cómputos. En 1982 se desarrollan los Seccionamientos Preformados para alambrados anexos a las líneas de muy alta tensión (500 K.V.) y para esa obra se proveen por primera vez Varillas de Protección con extremos anti-corona (cola de pato). La permanente inquietud innovadora estuvo, desde un principio, avalada por la construcción de un laboratorio de ensayos, en aquel momento (1974), único en el país que permitió analizar cada producto antes de lanzarlo al mercado y controlar la calidad de la producción a un nivel desconocido hasta el momento. Basta señalar que dicho laboratorio mereció la homologación del INTI con habilitación para emitir Protocolos Oficiales. Además, la constante preocupación de difundir la técnica del preformado y los pasos a seguir en las instalaciones, llevó en 1978 a la confección de un manual de selección y colocación de los preformados en instalaciones aéreas, que aún hoy es objeto de consultas permanentes. Con el resurgimiento de las obras eléctricas de 1992, el preformado tomó el lugar que con justicia se había ganado con casi veinte años de permanente desarrollo en el ámbito eléctrico. Por esta historia que nos avala y porque día a día
seguimos innovando y perfeccionando nuestros productos para obtener cada
vez mejores resultados, es por qué Ud. debe confiar en la seguridad
que le brindan nuestros Preformados. |